Un tono dorado, homogéneo y luminoso es el que todos buscamos para nuestra piel en verano o, lo que sería lo mismo, un bronceado perfecto. Lo principal para lograrlo es la protección. Debemos broncearnos de forma prudente y gradual. Precisamente cuidando nuestra piel de los efectos nocivos del sol es como aportamos consistencia y naturalidad al moreno que perdura durante más tiempo.

Una buena protección solar no obliga a que tardemos más en coger color o nos broceemos con menor intensidad. Existen algunos productos, los fotoprotectores, que no solo protegen la piel de la radiación UVB/UVA sino que a su vez broncean potenciando la melanina y, por lo tanto, la aceleración del bronceado, logrando así con un tono más subido, natural y bonito.

Si los fotoprotectores los combinamos con una alimentación rica en carotenos precursores de la vitamina A, que estimula la melanina, obtendremos un bronceado aún más intenso. Estos alimentos son la zanahoria, el mango, los albaricoques, el pimiento rojo, la calabaza, el níspero o las espinacas, por ejemplo. En definitiva, la clave está en cuidarse por dentro y por fuera.

Si todavía no te has ido de vacaciones y estás deseando tumbarte al sol para presumir de moreno debes tener en cuenta las 6 reglas de oro para un bronceado 10. ¡Ponte en marcha y logra el bronceado perfecto!

1. Exfoliación

Antes de ponerte al sol, hay que preparar la piel. Un paso imprescindible es la exfoliación. Sé sincera, ¿cuántas veces te has exfoliado la piel antes de irte de vacaciones? Pues es esencial retirar las células muertas para conseguir un bronceado uniforme. Puedes hacerte tu propio exfoliante de forma rápida mezclando azúcar con aceite de almendras o, incluso, aceite de oliva para obtener una mayor hidratación. Si no tienes tiempo, puedes pasarte por GranCasa, donde localizarás numerosos exfoliantes que te dejarán la piel perfecta para lograr un moreno de 10.

Por cierto, los expertos recomiendan exfoliarse cada 15 días. Esta sencilla, pero eficaz rutina de belleza elimina la descamación, refina la piel y ayuda a minimizar el aspecto de las finas líneas de sequedad, que se acentúan por la pérdida de hidratación tras la exposición solar.

En esta rutina de belleza, uno de los puntos principales es saber exfoliarse bien. Primero debes tener la piel húmeda, el agua templada te ayudará a abrir los poros, por lo que la exfoliación será más efectiva. Para que tu piel quede perfecta debes realizar masajes circulares por el pecho, la tripa, la espalda, el trasero y las piernas y brazos. Si quieres mejorar la exfoliación puedes utilizar un cepillo corporal redondo o un guante exfoliante.  

2. Moderación

Con tu cuerpo preparado para recibir los rayos del sol, no es necesario una sobreexposición al sol. Afortunadamente se terminaron aquellas épocas en las que la imagen perfecta se asociaba a estar muy bronceada. Ahora esa imagen ideal es la de un color dorado que da calidez y hermosura al semblante.

Una vez dicho esto, no solo no es aconsejable ni necesario ponerse largas horas al sol para lograr un bronceado bonito. ¡Cuida con los días nublado! Más del 80% de la radiación ultravioleta traspasa las nubes.

Cuida con las horas que estás al sol

3. Alimentación

Como te comentábamos antes, los alimentos ricos en carotenos ayudan a que tu bronceado sea el más deseado. Pero también hay que tener en cuenta los ricos en vitamina C (naranja, limón, pimiento rojo, kiwi, coles de bruselas o fresas) minimizan los daños provocados por los radicales libres, relacionados con el envejecimiento de la piel, mientras que los ricos en vitamina E como los frutos secos favorecen la regeneración de la piel y, además, tienen efectos antioxidantes. Por otro lado, los alimentos ricos en ácidos Omega 3, como el pescado azul, el aguacate o la avena, favorecen la elasticidad de la piel y nos protegen del efecto inflamatorio de las agresiones solares.

No es suficiente con tomar estos alimentos justo antes de exponerse al sol, lo ideal es comenzar a comerlos 10 días antes, 5 veces al día. De esta forma, lograrás un buen resultado.

4. Protección Solar

La protección solar debe acompañarnos los 365 días del año, pero en los meses de verano, aún más. En la época estival, entre las 12 del mediodía y las 4 de la tarde, es el momento en el que la radiación es mayor. Si vas a exponerte al sol en esa franja horaria lo ideal es que utilices protección 50. Es capaz de bloquear el 98% de la radiación UVB si te aplicas la cantidad adecuada cada dos horas como mucho.

Si no utilizas los protectores solares adecuados, no solo te arriesgas a quemarte también a acelerar la aparición de arrugas. Por eso, desde aquí te recomendamos que utilices la loción hidratante protectora solar en spray Ritual of Karma, que ha logrado el Premio Grazia Summer Beauty Awards 2020. Este protector solar, que puedes comprar en GranCasa, es esencial porque también previene y frena el envejecimiento cutáneo.

No puedes olvidar proteger también la cara. Debes escoger el índice de protección solar en función de la resistencia de tu piel ante la quemadura. Aunque la recomendación de los dermatólogos es un índice de protección 50 plus.

Aplicar protección solar

5. Potenciadores

Para potenciar el bronceado, además de una buena alimentación, existen complementos orales o ampollas que hidratan la piel y activan la producción de malanina.

Cada vez más, los potenciadores solares, como los aceites secos, tienen protección solar. Permiten un bronceado seguro. ¡Cuida tu piel y logra el bronceado perfecto a la vez!

6. Hidratación

La hidratación es uno de los pasos fundamentales que nunca debes saltarte. Después de la exposición al sol, la piel está reseca por lo que debes aplicar un aftersun para el cuerpo y otro aftersun para la cara. Al nutrir la piel el bronceado dura más tiempo. Es importante, además el mantenerla hidratada

Apunta un truco, los agentes ultrahidratantes del aceite seco de Rituals te darán luminosidad al bronceado y te dejarán un piel radiante. ¿Te lo vas a perder?

Hidrata la piel