La primera bicicleta que circuló por un camino de piedras lo hizo hace casi 200 años. En aquella época, en plena revolución industrial, cuando el ferrocarril ya era una realidad, algunas personas ya pensaron en la necesidad de un medio de transporte individual limpio que permitiera a los seres humanos trasladarse de un punto a otro con facilidad y rapidez. Eran tiempos muy distintos a los actuales. No existían los automóviles de combustión interna, solo había 1500 millones de humanos y todavía unas cuantas familias de alcas gigantes nadaban en las costas de Islandia… Era, en otras palabras, otro mundo. Sin embargo, visionarios como Karl Von Drais y Thomas McCall desarrollaron la draisana y un velocípedo respectivamente. Estos son los antecedentes de la bicicleta moderna, concepto que fue perfeccionado posteriormente por el galo Pierre Michaux, James Starley y John Kemp.

Así las cosas, en 1839 Kirkpatrick Macmillan inventó al fin la bicicleta a pedales, de la cual se conserva un modelo en el Museo de Ciencias de Londres, en Gran Bretaña. Han pasado desde entonces 184 años y en la actualidad la bicicleta no es un concept o un prototipo, sino que es un medio de transporte utilizado por cientos de millones de personas a diario por todo el planeta Tierra.

En el artículo de hoy en el blog de GranCasa queremos celebrar este día contando grandes momentos alrededor de este invento, y también enumerar todos los beneficios que aporta el uso diario de la bicicleta al usuario medio. Así pues, si quieres tener información útil y curiosa sobre la bicicleta como medio de transporte, sigue leyendo.

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Grandes momentos de la bicicleta en el deporte profesional y en las grandes vueltas

La bicicleta ha permitido que el ciclismo sea uno de los deportes más seguidos y admirados en la actualidad. Además, es la disciplina deportiva en la que los aficionados están más cerca de sus ídolos porque en los finales de los puertos de montaña pueden incluso animarles a escasos centímetros en su ascenso hacia la gloria.

Las tres grandes vueltas por excelencia son el Tour de Francia, el Giro de Italia y la Vuelta a España y en todas ellas ha habido grandes exhibiciones dignas de mención. Por ejemplo, es inolvidable como el español Mikel Landa explotó en el giro del año 2015, con aquellas dos exhibiciones seguidas. O en la Vuelta a España, la mítica victoria de Chris Horner con casi 42 años de edad y con un pasado sin brillo. Finalmente, el ilustre Tour de Francia, que incluso se menciona en la película de Amelie, tiene exhibiciones de Armstrong, de Pantani, de Bjarne Riis, de Ullrich, de Contador, de Landis… todas ellas enturbiadas por la sombra del dopaje, y otras como las de Pogacar, Nibali, Vingegaard, Froome o Geraint Thomas que han demostrado que el deporte del pedal puede sobrevivir con limpieza y por medios naturales.

Beneficios de ir en bicicleta al trabajo o a la universidad

No podíamos terminar este artículo sin desarrollar una serie de beneficios que puede aportarnos ir al trabajo o a la universidad pedaleando.

• En primer lugar, hay que hablar de nuestra salud, porque ir en bicicleta cada día nos ayuda a quemar ese exceso de calorías que ingerimos con el refresco de media tarde o con una hamburguesa para cenar. Este medio de transporte nos permitirá poner nuestras piernas a punto, musculando tanto el cuádriceps como los gemelos, y a perder esa grasa abdominal que se acumula con la edad.
• El componente ecológico: para el medio ambiente, no hay ningún medio más eficiente que la bicicleta. Nuestra atmósfera agradecerá que, en lugar de moverte en un vehículo de combustión, te traslades con la fuerza de tus músculos y a costa de tus pulmones. Si quieres poner tu granito de arena a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y a la Agenda 2030, empieza a ir en bicicleta a trabajar a diario, lo cual es lo más habitual en los países de Centroeuropa como, por ejemplo, los Países Bajos.
• Despeja la mente y relaja la vista. Cuando vamos en transporte público al trabajo solemos ir en compañía de cientos de personas… además, nos solemos concentrar en consultar nuestro teléfono móvil y de esa manera no dejamos a nuestros ojos descansar antes de ponernos delante del ordenador.
• Ahorro de dinero: en muchas ciudades, el transporte público está subvencionado, pero nada sale mejor de precio que la bicicleta. Y si lo comparamos con el coche privado… entonces sí que la discusión se reduce al absurdo.

Estos cuatro motivos son más que suficientes para que ir en bici sea la decisión más inteligente posible. Inténtalo ahora que llega el verano, porque en bicicleta puede sentirse la brisa y no se pasa tanto calor como corriendo o practicando otros deportes.

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