Mayo es un mes con un carisma innegable porque su cercanía al verano y sus buenas temperaturas lo convierten en un mes atractivo para la mente y el cuerpo. Mayo comienza, además, con buen pie, porque el día 1 de mayo es el Día Internacional del Trabajador. Hay que recordar que este año el día 1 ha caído en domingo, pero muchas comunidades autónomas pasan el festivo al día 2, lunes.

El mes de las flores comienza pues con buenos momentos en compañía de nuestra familia, con una buena comida y una tarde de juegos de mesa tumbados sobre el césped del parque de nuestro barrio. El trabajo debe quedar en segundo plano y te recomendamos dejar el móvil apagado y no consultar el email, para promover una desconexión total y para que nos mantengamos elegidos del estrés a lo largo de la jornada.

En la antesala de la estación estival, las flores llenan de color los campos y los jardines, y el sol brilla con gran intensidad. Flores rojas, amarillas, azules y violetas le dan un toque de cuento a cada estampa campestre. Es un buen momento para dejar el sayo en el armario, porque, aunque el día oficial para recoger el abrigo es el “40 de mayo”, normalmente a mediados de mes ya se puede estar en la calle disfrutando de unas temperaturas moderadas. El frio ha quedado ya atrás, y el calor todavía no es tan asfixiante como en los meses que están por llegar, así que se puede disfrutar del sol sin asarse de calor.

Además, “la primavera, la sangre altera” y con ese torbellino hormonal, fluye el amor entre las personas. El romance es más fácil en los meses de temperatura agradable, en los que el ocio fuera del hogar se convierte en algo habitual y debido a ello es mucho más sencillo conocer a nuevas personas.

Sin embargo, no todo van a ser buenas noticias, porque además de las flores y de la buena temperatura, del amor, también es un momento en el que las gramíneas atacan a los alérgicos. Las altas concentraciones de polen hacen que proliferen los estornudos, los picores de ojos, las reacciones… y fomentan que los que padecen una molesta alergia prefieran quedarse en casa, alejados de la fuente de picores y malestar cuya fuente de emisión son los estambres de las flores.

Escapadas para este mes de mayo, el mes de las flores.

Ahora os vamos a proponer varias escapadas para este mes de mayo, que seguramente será la última salida antes de las vacaciones de verano. En el artículo de hoy en el blog de GranCasa os vamos a hacer una serie de recomendaciones para disfrutar durante un fin de semana y afrontar la parte final del año laboral con las pilas al máximo de energía.

– Casa rural en Reperós. Este pueblo del Pirineo es un rincón precioso, rodeado de bosque y montañas en el que puedes disfrutar de la tranquilidad que tanto se busca. Vas a otros pueblos y está lleno de turistas, visitantes y aglomeraciones. En Reperós escucharás el piar de los pájaros y la suave brisa del viento. Muy recomendable para desconectar en un fin de semana primaveral. Eso sí, por la noche todavía refresca, así que llévate una chaquetilla cardigan para no coger un resfriado.

– Hotel Fuente del Miro en Valderrobres. El Matarraña es la Toscana española y Valderrobres es uno de los pueblos más bonitos de la región. Ubicado entre pinares y colinas, Valderrobres tiene un precioso castillo – palacio, un casco antiguo repleto de rincones fotogénicos y muchos restaurantes para comer carne asada, ensaladas repletas de vitaminas y buen vino tinto.

– Las pasarelas de Montfalcó: esta es una buena salida para un día y hay que ir en coche hasta la zona más oriental de Aragón. Esta ruta no es peligrosa pero sí es muy aérea, por lo que solo se recomienda para personas que no padecen de vértigo. Es ideal llevarse una mochila con alimentos para hacer un picnic, pero, aun así, si no lo has planificado, al comienzo de la ruta hay un restaurante en el que te darán de comer por un precio razonable.

–De paseo por Albarracín. En la comarca más meridional de la comunidad autónoma nos espera una ciudad muy medieval, con casas y calles en armonía con otras épocas de la historia. Callejear por Albarracín te permitirá viajar en el tiempo, hasta el medievo. Muchos restaurantes y terrazas te permitirán reponer fuerzas y refrescarte si os ha salido un día de mucho calor. No dejes de visitar los puntos clave como las ruinas del Alcázar y la Catedral del Salvador.