Errores más comunes al usar la mascarilla

La mascarilla ya forma parte de nuestro día a día. Pero que no salgamos de casa sin ella no significa que la estemos usando correctamente. Conocer cuáles son los errores más comunes al usar la mascarilla te ayudará a dejar de cometerlos, ya que es más que probable que ni siquiera seas consciente de muchos de ellos. Pero rectificar es de sabios, así que en este post te animamos a tomar buena nota.

  • Manipularla sin habernos lavado las manos: aunque intentemos no tocar nada, nuestras manos están inevitablemente en contacto con numerosas bacterias de ahí que los expertos en salud insistan tanto en lavarlas con frecuencia. Algo especialmente importante a la hora de ponernos y quitarnos la mascarilla. Así que ya sabes, recuerda lavártelas bien antes, ya sea con agua y jabón o con gel hidroalcohólico.
  • Manipularla erróneamente: que nos hayamos lavado las manos antes de ponernos o quitarnos la mascarilla, no es suficiente. Debemos saber cómo manipularla y en este sentido es importante recordar que solo debemos tocarla por las gomas o cintas que la sujetan a nuestras orejas o cabeza.
  • Llevar la mascarilla demasiado demasiado holgada: hacerlo provoca que queden espacios sin cubrir en los laterales de la boca y la nariz, por lo que existe riesgo de emitir y absorber bacterias. La mascarilla debe adaptarse a tu cara.
  • Quitarnos la mascarilla cuando no debemos: sentarnos en una terraza y quitarnos la mascarilla es casi un acto reflejo que a veces cuesta controlar. Pero en esta situación, debemos recordar que es importante quitárnosla solo para comer o beber tratando de llevarla puesta el mayor tiempo posible por nuestra salud y por la de quien nos acompañe. Porque, además, en contra de lo que hay quien piensa, no interfiere en nuestro volumen de voz, por lo que tampoco es necesario quitárnosla para hablar con la persona que tenemos al lado o al otro lado del teléfono.
  • Cubrir solo la boca: no sirve de nada si la mascarilla solo nos cubre la boca y dejamos fuera de ella la nariz. Menos aún si la llevamos en la barbilla como si de un babero se tratara. Para que su uso sea efectivo, debe cubrir desde el puente de la nariz hasta la barbilla.
  • Guardarla en cualquier sitio: ni en el codo, ni el bolso, ni la muñeca, ni el bolsillo trasero del pantalón. Guardar la mascarilla al quitárnosla en cualquiera de esos sitios supone que pueda contaminarse y pierda toda su eficacia. En su lugar, debemos guardarla en un estuche o bolsa biodegradable cerrada y volver a lavarnos las manos justo después.
  • Reutilizarlas en exceso: las mascarillas quirúrgicas desechables tienen una vida útil de 4 horas, por lo que no deberíamos prolongar su uso más allá de este tiempo en ningún caso. Si por cualquier motivo, se humedecen (por ejemplo, a consecuencia del sudor o la saliva), debemos desecharlas de inmediato ya que podrían alterarse sus propiedades filtrantes. Pero lo que no debemos hacer en ningún caso es lavar las mascarillas de un solo uso y continuar utilizándolas. Sucede algo similar con las reutilizables de tela. Deberíamos lavarlas en la lavadora y a más de 60 grados cada 8 horas. Respecto a aquellas mascarillas de tela sin filtro con un número determinado de usos, nunca deberíamos superar el número de lavados aconsejados, pues una vez que estos se superan pierden su eficacia.
  • Utilizar mascarillas hechas con materiales no transpirables: las mascarillas que dificultan la transpiración de la piel favorecen la proliferación de bacterias que a su vez pueden terminar provocando el famoso maskné. Si quieres evitarlo a toda costa elige tejidos transpirables y cuida la higiene de tu piel.

Errores habituales al usar la mascarilla

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