¡Feliz Cincomarzada, zaragozanos!

Hoy, viernes 5 de marzo, da comienzo un fin de semana largo para todos los zaragozanos. En la capital de Aragón es un día señalado en el que se celebra la Cincomarzada, conmemoración de una efeméride que se acerca poco a poco a su bicentenario. Sin embargo, antes de hablar de la festividad, las tradiciones y folklore, vamos a ahondar en el origen real de dicha fecha conmemorativa. Y es que todavía a día de hoy, muchos zaragozanos lo desconocen.

Podemos aventurarnos a decir que la Cincomarzada tiene un cariz feminista por dos motivos y no, uno de ellos no es la cercanía en el calendario al Día de la Mujer. Los vamos a explicar a continuación.

Un poco de historia en torno a la Cincomarzada: la I Guerra Carlista

Nos remontamos ahora hasta el reinado de Fernando VII, uno de los reyes con peor fama del largo historial dinástico de nuestro país y que, durante su mandato, tuvo serias dificultades para procrear. Tanto es así, que tuvo que esperar hasta cumplir los cuarenta y cinco años para conseguir ver hecho realidad el sueño de ser padre. Carlos María Isidro de Borbón llevaba dos décadas a la vera de su hermano, a sabiendas de que iba a suceder a Fernando en caso de que este falleciera sin descendencia, y los continuos intentos infructuosos en busca de un primogénito viable (Fernando contrajo hasta cuatro matrimonios) aumentaron sus esperanzas. Aunque, es cierto que hasta entonces jamás había intentado conspirar contra su hermano e incluso acató la Pragmática Sanción de 1830, que antes del nacimiento de un sucesor, derogaba la vigente Ley Sálica (la Ley Sálica regulaba la sucesión monárquica a favor de los varones, y prohibía que una descendiente femenina alcanzara el trono). Entonces llegó la niña, una niña que se llamó Isabel y su alumbramiento trastocó los planes de Carlos María, que ya se relamía los labios al ver que su hermano envejecía sin conseguir engendrar a un sucesor.

Y aunque, como decimos, en un primer momento, había acatado la Pragmática Sanción, cuando Isabel fue instituida como reina, Carlos publicó el Manifiesto de Abrantes el 1 de octubre de 1833 y así dio comienzo una guerra civil con dos pretendientes al trono.

Tras esta introducción, pasamos al hecho en concreto que nos atañe y que aconteció hacia el final de la larga I guerra carlista, el 5 de marzo de 1938.

Zaragoza era una ciudad bien fortificada y que apoyaba a la reina Isabel. Al parecer. aquella noche del 5 de marzo las guarniciones se habían trasladado a la Terra Alta de Cataluña y aprovechando esta circunstancia, el militar Juan Cabañero se aventuró a tomar Zaragoza con unos 2300 soldados. Con nocturnidad, pillando desprevenidos a los ciudadanos, y sin soldados para defender la urbe, se adentraron sin dificultad jaleando gritos a favor de Carlos.

La milicia logró repeler a los atacantes, y tanto hombres como mujeres se lanzaron a batallar durante todo el día, acorralando a los Carlistas, que tuvieron que retirarse sin haber llegado a controlar la ciudad en ningún momento.

La Cincomarzada, un día festivo en el final del invierno

Desde 1839, y con la I Guerra Carlista todavía sin terminar (aunque el conflicto bélico estaba ya en sus estertores), se declaró festivo este día de marzo y la población se reúne en los parques para comer en compañía de amigos y familia en las riberas del Gállego.

Aunque ha habido varias épocas en las que no se ha considerado festivo oficial, los zaragozanos han seguido celebrándolo de forma informal.

Con la instauración de la democracia, en 1979, se despenalizó de nuevo el festejo y se ha celebrado de forma ininterrumpida hasta este año, en el que el coronavirus va a interponerse. Aun así, podemos ir a pasear en familia por las orillas del Ebro y a disfrutar del aire fresco del final de la época invernal.

Y por supuesto, no hay que pasar esta fecha señalada sin el postre típico, el Cinco de la Cincomarzada, que se elabora de formas variadas: con cobertura de chocolate, con azúcar glasé, con caramelo, y eso sí, relleno de nata. Un dulce tradicional que cada 5 de marzo se cuela en las casas de los zaragozanos como un invitado más, para endulzar la tarde-noche.

Os deseamos una feliz Cincomarzada y esperamos haber arrojado algo de luz acerca de los motivos por los que se celebra esta fiesta. Unos orígenes que demuestran la resistencia de los zaragozanos y su amor por la libertad.

Feliz Cincomarzada

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