¡Feliz Día de la Felicidad!

Hoy 20 de marzo es el Día de la Felicidad y para celebrarlo vamos a adentrarnos en las razones científicas y bioquímicas que hacen posible este sentimiento, efímero y difícilmente explicable en un texto. A veces, una imagen vale más que mil palabras y si una escena representa como ninguna la felicidad es aquella en la que Chris Gardner sale agitado de uno de los afilados rascacielos de la bahía de San Francisco y le confiesa al telespectador algo importante: “esta parte de mi vida, esta pequeña parte, se llama felicidad”. Will Smith cuajó una de sus mejores actuaciones en 2006 en la película “En busca de la felicidad” en la que trató de verbalizar la persecución continua de esa agradable sensación.

La felicidad ha sido un aspecto a considerar por los seres humanos desde tiempos inmemoriales y cuando el Derecho dio el salto a la vida cotidiana con el advenimiento del Estado Liberal, se formalizó por escrito en declaraciones, constituciones y otros textos legales. Un ejemplo muy conocido es el de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, que data del 4 de julio de 1776, que en su preámbulo recoge la siguiente frase que no tardó en pasar a la historia:” Sostenemos estas verdades como evidentes por sí mismas: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su creador con ciertos derechos inalienables; que entre ellos están la vida, la libertad, y la persecución de la felicidad”. Es decir, hace ya más de dos siglos, el legislador consideró fundamental dejar constancia de que esta meta debe de ser alcanzable para cualquier ciudadano, en el marco del derecho humano de desarrollo de la libre personalidad.

La felicidad: un reto en permanente evolución

La felicidad es uno de los objetivos de cada ser humano, desde el mismo nacimiento. La felicidad de los primeros pasos, de aquella papilla de cereales, la felicidad por obtener el nuevo juguete o por las canciones que nos cantaba nuestra abuela desde lo alto de la cuna. Estas sensaciones, que en un primer momento se corresponden con acontecimientos sencillos y asequibles, van cada vez complicándose más.

En la pubertad, la felicidad nos viene dada por las Nike Air Max en verde fosforito que “necesitamos” para ir a la extraescolar de atletismo, o por conquistar a aquella persona que nos gusta y que vemos en clase cada día y a la que queremos dar el primer beso. Luego la felicidad nos llega por lograr la nota necesaria para entrar en la universidad deseada, por adquirir la Yamaha último modelo o por conseguir llegar a los 25 metros de profundidad haciendo submarinismo. Como vemos, es un desafío en constante evolución.

Por suerte, llega un punto en la vida en el que la madurez de la persona le permite comenzar a disfrutar de las pequeñas cosas y los objetivos personales se relajan, pero la felicidad sigue estando ahí, nutriendo a nuestros receptores sinápticos, con una sencilla cena en un chino de barrio en compañía de buenos amigos, con el estreno del próximo capítulo de tu serie favorita o el golazo de tu sobrina en un partido federado.Disfrutar en el Día de la felicidad 2021

Fórmula de la felicidad según Eduardo Punset

El brillante divulgador Eduardo Punset creó una fórmula con todos los elementos y factores que influyen en el grado de felicidad de las personas. La fórmula se divide en tres subgrupos: los elementos reductores (R), que son aquellos factores que ayudan a disminuir las sensaciones de felicidad; y a continuación las cargas que nos llegan por herencia (C), que son los factores que están relacionados con los genes y con el patrimonio cultural heredado, y por último los elementos significativos que se circunscriben a las emociones personales (E), que son a su vez el resultado del mantenimiento de dichas emociones (M), el disfrute de la propia persecución de las mismas y los objetivos autoimpuestos (B) y las relaciones con el círculo de personas que nos rodean (P).

Básicamente, según Punset, la felicidad se puede calcular con la siguiente fórmula científica= E (M+B+P) / R+C

 

Fórmula química de la felicidad

La fórmula química de la felicidad es C10H12N2O y dicha sustancia es conocida de forma coloquial como la serotonina, que se produce de forma natural en nuestro organismo. La serotonina está presente en las plaquetas, en algunas partes del aparato digestivo y, en menor cantidad, en el cerebro, y es la responsable de la felicidad cuando nuestros receptores neuronales la sintetizan.

Uno de los elementos reductores más poderosos de la felicidad, por lo tanto, es el estrés, ya que afecta a la secreción de serotonina y, por lo tanto, nuestras neuronas no reciben su ansiado combustible. Al final la felicidad es una cuestión de sustancias y reacciones químicas, por extraño que parezca.

Ahora, lo más importante es disfrutar de este Día de la Felicidad y recuerda, el estrés es un neutralizador así que, si te sientes estresado, trata de relajarte y date un capricho. Hay veces que ser feliz está más alcance de nuestra mano de lo que nunca hubiésemos podido imaginar.Disfrutar en el Día de la felicidad 2021

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