¡Feliz día de San Valero!

Hoy es el día del patrón de la ciudad de Zaragoza, que no es otro que San Valero. Cada año, el 29 de enero se celebra el santo patrón de la capital de Aragón por todo lo alto. Se suelen organizar eventos, se come abundante roscón y, por desgracia, suele hacer bastante frío.

Breve historia de Valero, obispo de Zaragoza

Sin embargo, a pesar del día festivo, muy pocos conocen el verdadero efemérides que se conmemora en esta fecha. San Valero fue un obispo de la ciudad y falleció exactamente en este día del año en el año 315 después de Cristo, cuando el Imperio romano avanzaba sin remisión hacia su decadencia. Fue perseguido por el emperador Diocleciano y finalmente, al más puro estilo de Napoleón, fue desterrado a un pueblo de la cordillera del Pirineo. Aunque en el caso del estadista francés, este fue desterrado primero a la isla de Elba, y luego a la isla de Santa Helena.

La historia que rodea a San Valero fue recogida por el poeta Prudencio. Seguramente ni es muy exhaustiva ni está contrastada. Al final, la losa del tiempo pasa de forma inapelable y oculta información, tergiversa y nos lleva a equívocos. Pero tras muchas investigaciones, a día de hoy tenemos una historia coherente.

Ostentando el cargo de obispo de la ciudad de Zaragoza acudió en representación del municipio al primer cónclave celebrado en el año 306 en Granada.

En compañía de su diácono San Vicente Mártir empleó grandes esfuerzos en difundir la fe del cristianismo, a pesar de que el imperio quería erradicar dicha creencia.

El gobernador de la provincia romana de Hispania, de nombre Daciano, dio orden de caza y captura cuando conoció la difusión del cristianismo que llevaba a cabo en el norte de Hispania y tras apresar a Valero y a Vicente, los trasladó a Valencia para someterlos a juicio.

La condena fue el destierro a la localidad de Enate, en las inmediaciones de Barbastro, y allí se dedicó a la oración hasta que falleció en soledad.

Ya en el pasado milenio, sus restos funerarios fueron trasladados a la sede episcopal de Roda de Isábena a petición de Alfonso I, tras conquistar Zaragoza, que hasta entonces estaba en manos del Al-Ándalus.

¡Feliz día de San Valero!
San Valero. Fuente: Heraldo de Aragón

La tradición del día de San Valero

La tradición se disfruta en el hogar, comiendo un buen roscón de nata en el que hay una sorpresa escondida y un haba. La persona a la que le toca el haba, tiene que pagar el roscón. Esto funciona así en la teoría, pero en la práctica no se suele aplicar la medida, porque se disfruta en el ámbito familiar, y los adolescentes suelen comerse más trozos que nadie y tienen más posibilidades. Los padres, magnánimos, nunca le pasan la factura al afortunado.

El día es importante para Zaragoza, y eso se plasma en que es un día festivo para los trabajadores y los colegios. Es una forma de honrar al obispo que ejerció la fe en los albores de la religión cristiana, a pesar de la persecución imperial. Su dedicación y su convencimiento terminaron por afectarle en su vida personal, al tener que trasladarse al norte del territorio.

 

San Valero ventolero… y rosconero.

Como decíamos, en San Valero suele hacer bastante frío. Hay que tener en cuenta que estamos pasando el ecuador de la estación invernal. Pero eso no significa que vaya a hacer viento, a pesar del conocido refrán. Igual hoy, el cierzo, tan habitual en estos meses del año, les da una tregua a todos los zaragozanos.

Lo que sí es inamovible es el roscón, un delicioso postre que adoran todos los golosos y que tiene una serie de curiosidades.

Al principio los Roscones los repartían los nobles entre los súbditos y esta entrega se realizaba en las puertas de las iglesias. Aunque por aquel entonces no era precisamente un postre dulce sino más bien un donativo de harina y pan.

¡Feliz día de San Valero!
Fuente: Freepik

Hoy, en el día de San Valero se venden más de 100.000 roscones por motivo de la celebración, y además, se reparte en la Plaza del Pilar un roscón de tamaño descomunal (casi medio kilómetro de longitud y un cuarto de tonelada de peso), acompañado de un vaso de chocolate a la taza, que ayuda a combatir las bajas temperaturas de Zaragoza.

Celebremos este festivo tan importante para la ciudad de Zaragoza en compañía de nuestra familia y degustando un jugoso Roscón de San Valero comprado en nuestra pastelería favorita. Para los amantes de los roscones, hay que decir que además de en San Valero, se puede comer roscón en Reyes, en San Blas, en Santa Águeda y en San Antón. El zaragozano es un pueblo rosconero de verdad y busca cualquier razón para comerse un bocado de nata.

¡A disfrutar de San Valero con los tuyos!

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