¡Hoy (y siempre) toca ser feliz!

El Día internacional de la felicidad se celebra hoy, 20 de marzo, y hemos considerado una buena idea tratar de explicar qué es la felicidad a nivel científico. Al final, el cuerpo humano es un conjunto de reacciones químicas y nuestro organismo funciona a partir de estas. La felicidad es una reacción de nuestra mente ante un estímulo externo y, precisamente por ese motivo, es posible explicarlo con una fórmula científica. En el artículo de hoy os intentaremos exponer qué es la felicidad desde un punto de vista científico y contaremos lo que ha supuesto este sentimiento para la especie humana.

Felicidad

Imagen: Unsplash

Estamos plenamente convencidos de que los primeros homo sapiens que poblaron el planeta ya experimentaban la felicidad, por ejemplo, cuando daban caza a un jabalí al lanzar una piedra de forma certera o cuando una madre daba a luz a otro homo sapiens. Esta sensación movió el mundo y a la Humanidad desde el comienzo, y seguro que este sentimiento ha sido uno de los motores de la ambición de la especie.

Los filósofos de la Edad Moderna ya comenzaron a darse cuenta de que este sentimiento debía de estar garantizado en los seres humanos, en todos y cada uno de ellos, y por ello los textos constitucionales del siglo XVIII ya incorporan algunos desiderátums como la necesidad de que cada ciudadano tenga la posibilidad de escoger de forma libre el desarrollo de su personalidad, y de poder vivir en paz y feliz, sin inmisiones ajenas.

En esa búsqueda de la felicidad, que es una meta a conseguir ya desde la infancia, el ser humano se va topando con frustraciones y malos momentos y, en realidad, aunque ambas son cosas a evitar, también nos hacen valorar mucho más los momentos en los que somos felices. Al principio, cuando eres un niño es relativamente sencillo hacerte feliz. En aquellos primeros años no tienes apenas preocupaciones y, por ello, cualquier bolsa de chucherías o un juego de construcción de Lego puede alegrarte durante el resto del día, o de la semana.

Conforme vamos haciéndonos mayores, la cosa se complica más y más. Pronto te pones el reto de aprender un idioma extranjero, o de conseguir correr más rápido que el resto de chavales del instituto, o de estudiar en aquella universidad americana o, finalmente, de ascender al verdadero techo del continente europeo: el macizo nevado del Mont Blanc. Cada vez es más y más complicado.

Al final, esa ebullición de hormonas y esa ambición desmedida encuentra contrapesos en la vida. En muchas ocasiones, la llegada de un hijo hace que se relaje la persona y se concentre en obtener la felicidad en las pequeñas cosas. Lo importante es saber amoldarse a estos sentimientos y no vivir en un permanente estado de necesidad de ser feliz. La normalidad también es una forma de estar felices, sobre todo cuando no hay otro tipo de problemas en nuestra vida como salud, discusiones de pareja o problemas en el trabajo

La fórmula de la felicidad, de la mano del mítico Eduardo Punset

Hace ya casi 4 años que nos dejó para siempre el legendario presentador del programa Redes, Eduardo Punset. Este divulgador y científico ayudó a poner la física y la ciencia al alcance del ciudadano de a pie. Una de sus aportaciones fue la de crear la fórmula científica de la felicidad, con sus elementos y cómo estos interactúan, y que terminan determinando que una persona se ría, sonría o llore de felicidad. Todo en la naturaleza tiene un porqué, y por ello la felicidad no podía ser menos.

Esta fórmula está subdividida en tres grupos: en primer lugar están los elementos reductores (R), que son aquellos sucesos que comentábamos líneas arriba y que reducen las sensaciones de felicidad; y acto seguido se relaciona con las cargas que recibimos por herencia (C), que son el patrimonio de nuestra familia o las taras genéticas, y para terminar las emociones personales (E), el hecho de mantener dichas emociones (M), la persecución de las emociones y los objetivos que nos autoimponemos (B) y además de las relaciones de nuestro entorno (P). Todo ello se resume a esto = E (M+B+P) / R+C

Por otro lado, en cuanto al apartado de la química, la fórmula de la serotonina es la siguiente: C10H12N2O. Cuando nuestras neuronas la sintetizan sentimos por fin la felicidad, lo cual se produce con menos frecuencia si estamos sometidos a sucesos tristes que acontecen a nuestro alrededor o a una gran carga de estrés.

Felicidad

Imagen: Unsplash

Esperamos que os haya gustado este artículo que hemos preparado en el blog de GranCasa por el Día de la Felicidad y recuerda, a veces, ser feliz es una mera cuestión de actitud, así que, actitud positiva para celebrar esta efeméride.

Todo lo que necesitas en un solo espacio