Nos gusta fomentar el lado turístico de la ciudad de Zaragoza porque esta ciudad del interior de España tiene un montón de rincones, curiosidades y patrimonio cultural que son desconocidos para el gran público. Nos gusta espolear su lado turístico y por este motivo, hoy vamos a analizar las cinco mejores estatuas de la ciudad.

• Comenzamos por el monumento a Alfonso I el Batallador que domina desde lo alto del parque José Antonio Labordeta. Es un lugar habitual para las fotos y quizás sea el punto con los mejores atardeceres de toda la ciudad. Bajo los pies de la estatua se extiende una escalinata doble que es un icono de Zaragoza, con una fuente en cascada que tiene una llamativa iluminación por las noches.
  Alfonso I fue rey de Aragón y Pamplona entre 1104 y 1134 y tuvo un papel muy destacado en la Reconquista de la península y llegó a autoproclamarse el emperador de todas las Españas.

• Ahora cambiamos radicalmente de estilo y nos vamos a la más novedosa de todas y es la que se instaló en el recinto de la Expo 2008 con motivo de la celebración del certamen internacional. El Alma del Ebro es una escultura que se ha instaurado en el imaginario colectivo porque permite interactuar con ella, introduciéndose en el interior y buscando de forma infructuosa alguna palabra, frase o código en la telaraña de letras que la conforma. Aunque hay que remarcar que no es una estatua única de la ciudad ya que su autor, Jaume Plensa, ha desarrollado toda una línea de esculturas similares, con un entramado y una simbología que pertenecen a una cultura concreta.
• Si hay una estatua que representa a Zaragoza es la de César Augusto, que fundó y puso nombre a la ciudad romana de Caesaraugusta, palabra de la que se deriva el vocablo de Zaragoza, usado en la actualidad. La Estatua de Augusto de Prima Porta se encuentra en pleno centro de la ciudad, justo delante de la muralla romana, al lado del Mercado modernista y a orillas del Ebro. Hasta él se puede llegar de forma muy sencilla en tranvía ya que tiene una parada justo delante.

• De nuevo llega el turno para un monumento moderno, obra de Florencio de Pedro Herrero, que conmemora la Constitución española de 1978 desde hace más de 30 años en el punto neurálgico y financiero de la ciudad de Zaragoza. Ubicado al comienzo del Paseo de la Constitución, sus tres pirámides representan los poderes del Estado, el legislativo, el ejecutivo y el judicial, y una esfera central que representa a la soberanía popular, que sostiene con su voluntad a los tres poderes. Alcanza una altura cercana a los diez metros y tiene una importante carga simbólica.

• Terminamos con una estatua del escultor aragonés Pablo Gargallo, nacido en la localidad de Maella. El Pastor del Águila se erige en medio de la calle Alfonso I, una de las arterias comerciales de Zaragoza. Fue creada en 1928, con lo que es una obra que se acerca al centenario, y representa un pastor bien proporcionado, con un lechón apoyado en sí mismo y con un águila sobre su mano.

Diversos estilos y texturas: metales, piedra, vaciadas, clásicas, modernas, icónicas, etc. El conjunto escultórico de Zaragoza es muy numeroso y variado, y hay muchas más que no hemos mencionado en esta lista de las cinco mejores estatuas de Zaragoza: la de Pignatelli, al lado del canal Imperial de Aragón, el conjunto escultórico de Goya, las de piedra de la fachada del Paraninfo, la de los Sitios de Zaragoza, los Leones del puente de Piedra, la estatua ecuestre de Palafox… Las opciones son innumerables y si te gusta la escultura, en Zaragoza podrás disfrutar de este noble arte.

Esperamos que te haya gustado este post. Si deseas más información, puedes visitar la web del Ayuntamiento de Zaragoza hay datos muy interesantes sobre el arte público que está distribuido por toda la capital de Aragón: en donde se explica de forma detallada acerca del autor, materiales, significados, motivos, fecha, etc.