Nos regalan un día más. 2024 es un año bisiesto y por eso tenemos 29 de febrero

Un día tiene 365 días. En otras palabras, 365 jornadas de 24 horas en las que podemos optar por aprovechar al máximo el tiempo, disfrutando con nuestros amigos, leyendo, aprendiendo ajedrez y trabajando en lo que nos apasiona… por poner unos ejemplos. Sin embargo, en este 2024 disfrutaremos de una jornada más para alcanzar los 366 días. Os explicaremos por qué en el segundo mes del año hay 29 días y no 28 como suele ser habitual, qué es un año bisiesto, y cómo nos afecta, por ejemplo, a las personas que nacen en una fecha tan peculiar.

En primer lugar, es necesario explicar que los años bisiestos existen porque nuestra vuelta alrededor del sol no dura exactamente 365 x 24 horas, sino que dura 6 horas más y esto tiene que ver con la velocidad de revoluciones que experimenta la Tierra en su movimiento de rotación. Por ese motivo, cada cuatro vueltas en nuestra órbita solar, debemos poner un día más que, de golpe, nos coloca de nuevo en el ritmo adecuado. Esto permite que no vayamos quedándonos siempre atrás, cosa que se iría notando mucho con el paso de los años y de las décadas. Al final, las estaciones rotarían y nuestra climatología estaría completamente asíncrona. Con este ajuste nos damos cuenta de que nuestro calendario, a pesar de que funciona con efectividad, no es perfecto, y debemos añadir ese día extra cuando pasan cuatro años.

El mes de febrero, que es el mes más corto del año, es el mes en el que se decidió colocar este día extra y por eso en lugar de los 28 días que suele tener habitualmente, en este 2024 tendrá 29 días.  Esto afecta a aquellas personas que nacen en un 29 de febrero, porque su cumpleaños debe moverse o al día 28 de febrero o al día 1 de marzo año tras año, y solo lo celebran en su día en los años peculiares, que son los bisiestos. A continuación, os explicaremos cuándo se decidió adoptar este cambio que permitió la existencia de estos años que solo son un 0,3% más largos que los habituales, pero que, sin duda, dan mucho que hablar y se escriben ríos de tinta sobre ese día extra de invierno que nos regalan.

Nos regalan un día más. 2024 es un año bisiesto y por eso tenemos 29 de febrero

Imagen: Unsplash

Cuándo se decidió que cada cuatro años tendríamos 366 días en lugar de 365 jornadas: El nacimiento de los años bisiestos

A lo largo de la historia ha sido muy complicado coordinar el calendario agrícola, con la vida de las personas y con las religiones, que quieren seguir manteniendo sus festivos. El año solar sabemos a ciencia cierta que tiene 365,24 días, pero en los albores de la civilización, cuando los más inteligentes comenzaron a ver los patrones del tiempo y la posición de las constelaciones en el firmamento fue cuando supieron ya que hacía falta realizar un ajuste. Hoy puede parecernos increíble aquel descubrimiento sin la tecnología con la que contamos en la actualidad, pero es cierto que tardamos milenios en llegar a semejante conclusión. Por ejemplo, en el Antiguo Egipto de los faraones, se cultivaba solo el día en el que se esfumaba de la cúpula estelar la estrella más brillante del firmamento. Esa era la señal inequívoca que seguían cada año a rajatabla, y así fue durante muchos siglos.

Finalmente, el calendario gregoriano nos dio un orden exacto y nos permitió planificar, pero tenía ese pequeño desfase de 6 horas al año y por eso se tuvo que buscar esta solución, que seguirá siendo funcional hasta dentro de 3300 años, en donde habrá que tomar una nueva decisión al respecto.

Nos regalan un día más. 2024 es un año bisiesto y por eso tenemos 29 de febreroImagen: Unsplash

Julio César y su solución para poner al día el calendario

En los primeros calendarios de Roma se había intentado, sin éxito, acompasar el calendario real al calendario gregoriano, pero siempre era difícil situar bien las fechas en las que comenzaban las estaciones y no siempre coincidían con nuestra posición en la órbita de traslación. Para poner orden, el estadista Julio César convocó a los más eminentes matemáticos para poner solución al problema de forma repentina, y dejando de lado los continuos ajustes. Así pues, el 46 a.c de fue un año de 445 días de longitud, 70 días más largo que un año normal, con el que por fin se hizo borrón y cuenta nueva. Sin ninguna duda, otro legado del famoso militar romano nacido en Roma.

A partir de entonces se instauró el año bisiesto, aunque ha sido un tema polémico que ha sufrido sucesivas reformas en los siglos posteriores. En cualquier caso, hoy el 29 de febrero es un día peculiar propio de estos años extraños. Esta tarde será tema de conversación en el café, y esperamos que este artículo ilustrativo te dé algunas claves para pode participar en el debate y aportar nuevos conocimientos.

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