El próximo 23 de abril es el día de Aragón y, entre otras efemérides, se conmemora el aniversario de la vigencia del actual Estatuto de Autonomía de Aragón que, tras su última reforma, entró en vigor el 23 de abril de 2007. La cámara legislativa ha optado, en muchas ocasiones, por programar la entrada en vigor de los textos normativos icónicos en esta fecha, por ser el día de la comunidad autónoma.

En este día acontece también la festividad de San Jorge, una fiesta muy apreciada por los aragoneses y que se celebra de forma particular en la capital. Os vamos a explicar un poco acerca de la historia verídica que, con el paso de los siglos, terminó por alimentar la leyenda que ha perdurado hasta nuestros días.

Al parecer, la figura de San Jorge tiene su origen en el siglo III, en la actual Turquía. Por aquel entonces, dichos territorios pertenecían al omnipresente Imperio Romano, que ya había convertido el mar Mediterráneo en el Mare Nostrum. Muy joven, un vigoroso Jorge ingresó en las legiones y centurias, y se puso al servicio del emperador Diocleciano.

En las persecuciones contra la religión cristiana que realizó dicho emperador, San Jorge se negó a renunciar a su religión ya que era un cristiano devoto, y el emperador mandó decapitarlo en un 23 de abril, a comienzos del siglo IV. Algunos historiadores fijan la fecha de su muerte en el 303, aunque hay varias versiones: griega, latina e incluso leyendas musulmanas.

A partir de su figura, convertida en mártir de forma natural en el imaginario colectivo, en la Edad Media se desarrolló una leyenda muy original. La leyenda contaba que un dragón tenía atemorizados a los habitantes de un pueblo, que no sabían cómo defenderse de semejante bestia y que le entregaban animales de ganado para calmar su hambruna. Sin embargo, los animales de ganado se terminaron y finalmente tuvieron que enviar a un ser humano que, por mala fortuna, resultó ser una princesa. Sin duda, se trataba de un sorteo sin amañar. Ahí es donde aparece la figura del heroico Jorge, que acude a salvar a la hija del Rey con su espada y derrota al dragón. Del monstruo caído brotó una preciosa rosa roja y Jorge se la entregó a la princesa en señal de gratitud. Un rescate digno de valientes para salvar a un ser humano de sangre azul.

El 23 de abril, día de San Jorge en Aragón

En la Edad Media, especialmente en las primeras décadas de batallas, Aragón fue una pieza fundamental para la reconquista de la península ibérica y para derrocar al califato de Córdoba, y muy probablemente, debido a ello, la figura de un héroe cristiano se extendió con facilidad entre la población. Los cruzados extendieron su leyenda y muy pronto se convirtió en patrón de la región de Aragón. La Casa Real aragonesa le dio un espaldarazo definitivo a la figura y terminó por implantarse en la sociedad, que estaba ávida de historias de princesas cargadas de romanticismo y personajes heroicos, y de leyendas de fantasía.

En la actualidad y probablemente debido a la leyenda y a la cantidad de ríos de tinta que han surgido inspirándose en la figura de San Jorge, el libro forma parte, además de la rosa, de los regalos que se realizan con motivo de esa celebración.

Además, en el Palacio de la Aljafería se realizan jornadas de puertas abiertas para enseñar a los visitantes cómo funciona el parlamento autonómico de la comunidad aragonesa. Este año, por culpa de la pandemia, no hay previstos eventos especiales, pero es una fiesta que está muy implantada entre los aragoneses y es una tradición que no va a sucumbir por dos años extraños. En cuanto pase todo esto, San Jorge volverá a celebrarse con dragones, libros, rosas, actuaciones de teatro y visitas a la Aljafería.