Desde el lejano oriente han llegado hasta el viejo continente europeo un sinfín de inventos entre los que cabe destacar la pólvora, el papiro, la seda o la brújula. Gracias a ellos hemos podido abrir túneles en el corazón de las montañas y romper rocas basálticas, hemos podido difundir conocimiento con los libros y pergaminos, hemos vestido las mejores galas con un toque suave y fresco, y hemos situado el norte a la hora de guiar a nuestras expediciones y a nuestros exploradores. Sin embargo, el influjo oriental no solo se reduce a inventos materiales, sino que también abarca otras técnicas, ya sean de defensa personal o de relajación, y hoy os vamos a destacar el tai chi, que ha conseguido una gran difusión.

En los siguientes párrafos os vamos a explicar la diferencia con otras técnicas, así como sus utilidades y las ventajas para nuestro bienestar, tanto a nivel mental como a nivel orgánico.

El origen del tai chi, para ser más concretos, está en China y es una de las artes marciales más practicadas. Aunque en un primer momento se concibió como una lucha cuerpo a cuerpo, en su evolución posterior se ha convertido en una especie de meditación interior que se escenifica con movimientos externos. Los parques de Dongguan, Ningbo, Yiwu y Shenzhen se llenan cada mañana con miles de personas que escogen este arte del siglo XV como medio de activación para afrontar la jornada laboral. La UNESCO incluyó el tai chi en el Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en el año 2020.

La peculiaridad de este deporte es que no hay un estilo ortodoxo y una impartición dogmática, sino que hay numerosas escuelas y maestros que desarrollan su propio tai chi personalizado. Todo ello desemboca en que no existe un sistema internacional que permita una baremación y taxonomía de instructores según niveles.

El tai chi se basa en las posturas, una respiración adecuada y en meditación mental, para que el cuerpo y la mente estén en armonía. Además, hay formas con armas que van desde la espada china para una mano (que suele ser recta con doble filo), el palo largo, el sable chino, el abanico o la lanza, o la alabarda, también conocida como Guan Dao.

Las reglas fundamentales del tai chi: los 10 mandamientos

En primer lugar, es fundamental mantener la cabeza erguida a la par que relajada. El segundo punto clave es mantener el pecho hacia atrás y enderezar la espalda. También es básico soltar la cintura y que la región de los lumbares esté descansada. La distribución de pesos en tai chi es tan importante como en un coche deportivo y a la vez hay que dejar los hombros, codos y brazos en general, completamente colgados. En el tai chi también es capital aplicar el Yi, y no la fuerza física, que vendría ser una frase análoga a la nuestra de “más vale maña que fuerza”. Remarcar también la coordinación entre lo de arriba y lo de abajo, así como entre el interior con el exterior y un flujo continuo de movimiento, sin parones, y el mantenerse quieto mientras estás en movimiento.

Beneficios del tai chi

No podemos terminar este artículo sin enumerar y comentar brevemente los beneficios del tai chi para el cuerpo y la mente.

• En primer lugar, el tai chi ayuda mucho a bajar la intensidad de estrés cerebral. La respiración diafragmática nos ayudará a controlar la amistad y a rebajar los niveles de estrés. La meditación es el camino a seguir y te regalará calidad de vida y salud.
• Casi de forma automática, se reducirá la tensión arterial, probablemente por el motivo arriba recogido, y por ello, se combate también el insomnio. Tu cuerpo está más tranquilo, más pausado, y se coge el sueño con mayor facilidad.
• Se alivian los dolores de cabeza y las cefaleas periódicas. Muchas veces estás migrañas se producen por culpa de bloqueos energéticos. Estos bloqueos, a veces, somatizan en otras enfermedades a medio y largo plazo.
• Aumento de potencia en los músculos por mantener el cuerpo en movimiento. Tus extremidades estarán más duras y fuertes.
• El tai chi ayuda a prevenir muchas enfermedades en los huesos como la artritis y también disminuye las opciones de sufrir una lesión articular.
• Las técnicas de respiración permiten aumentar la capacidad pulmonar y ayuda a combatir dolencias muy habituales como el asma.
• Se incrementa la sensación de paz y de estabilidad espiritual, a la par que se fomenta un mayor autoconocimiento. El equilibrio del alma se traslada a una mente sosegada, y el organismo funciona entonces a pleno rendimiento.

Seguro que con esta lista de beneficios sois muchos los que os animáis a practicar esta técnica centenaria que ha sido importado desde el lejano oriente.