Realfooding: somos lo que comemos

Ingredients for the healthy foods selection. The concept of healthy food set up on wooden background.

Somos lo que comemos. Esta es una frase que nos han inculcado desde pequeños desde muchos frentes: en casa, en el colegio, en la publicidad institucional, etc. pero que incumplimos con demasiada frecuencia, cayendo en la tentación de comer ultraprocesados y otros alimentos industriales.

Por suerte, al margen de los hábitos alimenticios poco saludables a los que muchos estamos acostumbrados, un movimiento ha ido ganando poco a poco más terreno y un número mayor de correligionarios: el Real Fooding.

¿Sabéis de qué se trata? En primer lugar, hay que decir que, aunque el anglicismo es de nuevo cuño, el concepto sin embargo no, ya que ya lo hacían nuestros abuelos y demás antepasados, habituados a comer alimentos muchos más naturales, directamente del campo a la mesa.

El Real fooding no es más que eso: degustar una zanahoria cruda, coliflor hervida, frutas, frutos secos, legumbres, tubérculos, pescados, mariscos, carnes y huevos. Y también raíces, hierbas, verduras, etc. Esta es la denominada comida real, y no los alimentos repletos de procesados que incluimos a diario en nuestra dieta.

El enemigo del Realfooding: los ultraprocesados

Muy a menudo, los denominados ultraprocesados son adulterados en la industria alimentaria y contienen potenciadores de sabor, estabilizadores y conservantes. De estos componentes están repletos los snacks, las bebidas energéticas, los refrescos con gas, los zumos, las carnes ahumadas y embutidos, los precocinados, las salsas, las pizzas envasadas, la bollería industrial, los yogures con azúcar… básicamente, aquellos alimentos que nos encantan.

¿Esto implica que no debemos comer lo que nos gusta? No hay que ser tan radicales. Lo que se recomienda es reducir su consumo hasta un máximo de un 10% de nuestros alimentos, pero es que, además, también podemos sustituir algunos de esos alimentos procesados por otros muy similares. Por ejemplo, hacer las salsas en casa o las pizzas, los zumos naturales con fruta recién exprimida, cambiar la bollería industrial por bizcochos amasados y horneados por nosotros, o incluso, aprovechando que estamos en época de matanza, llevarnos algún embutido casero cuando visitemos a los familiares en el pueblo.

Por último, os vamos a recomendar también que no os fiéis de todos los alimentos que portan una etiqueta bio, light, diet etc. que os encontréis en el supermercado, porque en muchas ocasiones nos llevaremos una sorpresa cuando consultemos su listado de ingredientes. Las empresas alimenticias utilizan este tipo de reclamos para atraer al comprador, que casi siempre, no tiene tiempo para detenerse a analizar los componentes y aditivos y así consiguen vender productos industriales vestidos con un barniz de alimento saludable.

Tu cuerpo agradecerá que te pases al Real fooding, porque no es más que un regreso

a lo natural, a los orígenes, dejando de lado los productos químicos y otros tratamientos para mantener una textura o color atractivos.

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