El día de San Valero es un día que se conoce como ventolero, pero también como rosconero, por ese motivo, hemos considerado oportuno recordarte que dentro de 9 días podrás volver a disfrutar de un delicioso roscón de nata como el que degustaste en los Reyes Magos y por eso es importante reservarlo con antelación porque se agotan antes de lo que te puedes imaginar.

Además, vamos a hablar de la tradición, de lo que supone el patrón de la ciudad de Zaragoza, y de la historia que hay detrás de este día tan señalado en la capital del Ebro.

En primer lugar, este santo, San Valero, es conocido por lo siguiente:

Por lo demás, el roscón de San Valero viene cortado por la mitad, relleno de nata y con guindas encima, para darle un toque afrutado y azucarado muy interesante. Un dulce que relacionamos, en la capital de Aragón, qué duda cabe, con el final del primer mes del año y con una comida en familia para celebrar este día festivo en toda la localidad. Si no te has ido de puente, es un buen momento para estar con tu gente.

Historia de San Valero: el patrón de la ciudad de Zaragoza

Estamos ante un personaje histórico y real, que fue el obispo de la capital del Ebro y que vivió hasta el año 315 d. c. Este clérigo fue perseguido por el emperador Diocleciano, que optó por recluirlo en un municipio del Pirineo. Todo esto lo sabemos por la historia que describió el poeta Prudencio, y el trabajo posterior de muchos investigadores, que han navegado océanos de tiempo para obtener una historia lógica y cerrada,

Lo cierto es que su fe y sus ganas de extender el cristianismo terminaron con su muerte civil en Enate, en pleno somontano, tras un juicio en las inmediaciones de Valencia. Allí, en plena montaña se dedico a seguir profundizando en sus oraciones y finalmente feneció en completa soledad. Hoy en día, podemos encontrar sus restos funerarios en la localidad de Roda de Isábena, por mandato expreso de Alfonso I, en un afán por preservarlos, en plena reconquista de la península ibérica, al alejarlos del frente y de los posibles escarceos del bando musulmán.

Imagen: Heraldo

Tipos de roscones de San Valero: cada maestrillo tiene su librillo

Ahora vamos a hablar del dulce que hoy nos comemos en su honor, y de los distintos tipos de roscones que se pueden encontrar por todas las confiterías y reposterías de la ciudad.

En primer lugar, hay que recordar que el más tradicional es el roscón de nata con una sorpresa guardada en su interior y un haba. El que tiene la mala suerte de encontrar el haba es el encargado de abonar el coste íntegro del roscón. La realidad es que siempre lo pagan los padres, pero todavía en algunas familias se suele hacer la broma, o al menos, comentarla de viva voz.

Antaño, esta tradición de los roscones en el día de San Valero se inició cuando la nobleza y las personas aristócratas del medievo comenzaron a repartir estos dulces en las puertas de las parroquias entre sus súbditos. Se trataba de un alimento basado en la harina para que se mantuvieran bien alimentados en el invierno, época de achaques para la salud. Era un pequeño gesto de las personas más pudientes de la ciudad, que tampoco servía para equilibrar la balanza, pero sí para que los pobres supieran que los adinerados se preocupaban algo por ellos.  Con el paso del tiempo se ha convertido en una tradición más bonita, que se centra en compartir un capricho dulce con la familia cercana y pasar la tarde en la compañía de los tuyos.

Los tipos de roscón son sumamente variados y hay muchos fans de otro tipo de roscones con rellenos tan suculentos como el de crema pastelera, de puro chocolate o incluso de cabello de ángel. Lo importante es que, aunque los ingredientes sean diferentes, el repostero consiga una textura tierna y agradable en el paladar, para que toda la familia se quede con un buen sabor de boca en la sobremesa de la comida familiar de San Valero. Una buena forma de asegurarse un roscón que sea de la calidad que se merece tu familia es apostar por un roscón de San Valero de la pastelería – repostería Santagloria, ubicada en GranCasa. Resérvalo con antelación para que no te quedes sin en una fecha tan señalada para todos los zaragozanos. Cada 29 de enero se venden en la ciudad de Zaragoza 100.000 roscones e incluso un enorme roscón kilométrico se reparte en la plaza del Pilar, para que nadie se quede sin comer un roscón en el día del patrón de la capital del Ebro.

Imagen: El Periodico