Rincones romanos de Zaragoza

Zaragoza fue in illo tempore una ciudad romana llena de vida a orillas del río Ebro. La margen derecha del Hiberus fue en donde se levantó Caesaraugusta. La romanización fue un proceso largo y duradero en el que toda la actual España fue transformada en una provincia romana de nombre Hispania. Hasta entonces estaba poblada por pueblos Iberos que vivían en concentraciones llamadas Oppidum. Todo aquel sistema de corte tradicional y casi prehistórico fue derribado con suavidad por los romanos, que brillaban con luz propia por su imperialismo cultural y por sus legiones bien organizadas.

Los romanos prometían redes de carreteras, ciudades monumentales, juegos de gladiadores y una vida, en definitiva, mucho más plena que en la arcaica Iberia que existía hasta aquel momento. En Zaragoza, los romanos dedicaron muchos esfuerzos porque era una ciudad bien posicionada y voy vamos a recorrer los cinco secretos más bonitos que nos dejaron: el foro romano, las termas, el teatro, las murallas y el práctico puerto fluvial.

Cinco paradas obligadas en la ruta de Caesaraugusta

  • Foro romano: este museo está ubicado en pleno centro de la ciudad, en concreto debajo de la plaza del Pilar de Zaragoza. Cuando se hicieron unas excavaciones, muy pronto se encontraron las construcciones que conformaban el centro neurálgico de la ciudad, que casualmente se encuentra entre las dos catedrales de la ciudad (sí, Zaragoza es la única ciudad de todo el planeta con dos catedrales). En este museo podrás pasear por las calles más importantes de aquella Caesaraugusta en la que los romanos pusieron muchísimos esfuerzos. Si te gustan las ciudades míticas y antiguas, allí podrás disfrutar de un audiovisual y de una maqueta con todo lujo de detalles para conocer mejor cómo se organizaba la actual capital de la comunidad autónoma de Aragón. Un must si vienes de visita a la ciudad.
  • Las termas romanas: próxima parada, las termas. Hoy en día están muy de moda los gimnasios, en particular en enero o en septiembre, y muchos de estos centros deportivos tienen zona de spa y sauna. Los romanos, hace dos milenios, ya pensaron que era necesario tener un lugar en el cual purificar el cuerpo humano con vapor, calor y abriendo los poros para hacer una limpieza de la dermis. En las termas también se podían tratar muchos asuntos de negocios y es que la gente más adinerada e importante eran los más asiduos a este tipo de lujos. Los plebeyos se quedaban fuera de estos caprichos y tenían que conformarse con bañarse en el río. Un museo muy interesante ubicado muy cerca de la Plaza San Pedro Nolasco.
  • Teatro romano: el arte y la cultura eran una forma selecta de entretenerse en aquellos tiempos antediluvianos en los que no había ni televisión ni internet ni videojuegos. Acudir al teatro permitía disfrutar de la fantasía, de un mundo de creatividad y de ver en persona a buenos intérpretes. Este teatro se sitúa cerca de la calle Coso, justo enfrente de La Parthenope, en la calle de Verónica. Está muy bien conservado y el ayuntamiento ha erigido encima un cerramiento para evitar que la lluvia erosione está construcción ya milenaria. Otro sitio que pertenece a la ruta de Caesaraugusta que no puedes dejar de visitar si quieres conocer todos los secretos romanos del municipio de Zaragoza.

Rincones romanos de Zaragoza

Imagen: Heraldo

  • Las murallas: los romanos consiguieron convencer a muchos poblados iberos de la evolución que traían desde la ciudad de las siete colinas, pero, aun así, también tuvieron que seguir batallando contra otros pueblos y tribus díscolos que no aceptaban la dominación romana. Por este motivo, las ciudades de la romanización se protegieron con gruesas y altas murallas en las que contener al enemigo en caso de asedio o sitio. Las murallas no son un museo como tal, pero tienen una gran importancia y forman parte de los secretos de la Zaragoza Romana. Están ubicadas al lado del Puente de Santiago y hoy en día pasa el tranvía a tan solo unos metros de distancia. Te recomendamos tomarte un refresco en alguna terraza adyacente y contemplar su magnitud.

Rincones romanos de Zaragoza

Imagen: Heraldo

  • Puerto fluvial: ponemos fin a nuestro viaje a orillas del río Ebro, en donde durante siglos atracaron barcos cargados de víveres, piedra y otros enseres básicos para la vida. Toneladas de trigo o de harina para fabricar tortas panis farreus para la ceremonia del confarreatio. El comercio es muy importante en la actualidad, pero también lo era en el imperio romano. La distribución de las mercancías por todo el imperio fue posible a la navegación fluvial y marítima (aunque siempre con la costa a la vista) y haciendo uso de las legendarias calzadas romanas en las que no crecía ni una planta entre sus adoquines. Una bonita forma de terminar la visita, muy cerca de las aguas que ha dado vida a esta ciudad.

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