Hay una infinidad de días internacionales y algunos son compartidos, porque al final el año solo tiene 365 jornadas y hay muchas causas, elementos, iconos, símbolos y efemérides que recordar. Hoy mismo, sin ir más lejos, es el Día Mundial de la Barba y vamos a hablar de este elemento distintivo que se está volviendo a poner muy de moda en la actualidad.

A lo largo de la historia, las barbas han tenido niveles de protagonismo dispar. Sin muchos registros en la prehistoria, aunque dando por hecho que abundaban ante la ausencia de instrumental y a modo de protección frente al frío, sí que tenemos nutrida información sobre Egipto y Mesopotamia. Por ejemplo, los sumerios, caldeos y asirios cuidaban con mucho mimo su vello facial y se la domaban con pinzas creando tirabuzones y trenzas. En India y en Persia también eran propensos a las largas barbas, que se consideraban un símbolo de sabiduría. En Grecia, la barba era sinónimo de la virilidad del hombre y se afeitaba únicamente en señal de duelo.

A partir de Alejandro Magno, se extendió la moda de afeitarse porque el conquistador creía que las barbas de sus soldados eran una buena asidera para el combatiente enemigo en caso de refriega cuerpo a cuerpo, y también fomentaban la proliferación poblaciones de piojos en sus campamentos castrenses.

En la Roma republicana se popularizó definitivamente el afeitado y la barba significaba pobreza e indolencia, pero ya en el Imperio, la barba llegó a estar presente en algunos césares como Adriano y Plutarco, lo cual los plebeyos se apresuraron a imitar.

Tras un regreso a señal de sabiduría durante el Medioevo, la barba perdió su halo en el siglo XV y predominaban las caras afeitadas en toda Europa. Este hecho, sin embargo, ha ido alternándose constantemente a lo largo de los últimos cinco siglos con periodos en los que la barba ha recuperado la popularidad perdida. Algunos personajes ilustres a lo largo de la historia como filósofos, políticos, músicos y pensadores se han quedado grabados en la retina gracias a su prominente barba: Lincoln, Monet, Marx, Lennon, Van Gogh, Platón, Gauguin, y un largo etcétera.

Al margen de las modas, lo más importante si nos lanzamos a dejarnos barba es tener claro que cuidar bien una barba exige mucho más trabajo que el afeitado diario y que, si no queremos ir dejando una mala imagen allá por donde vamos, debemos prestar mucha atención y darle los cuidados necesarios a la barba. Hay que recortarla bien, acondicionar el cabello, mantenerla perfectamente limpia y evitar que se descontrole en exceso.

Para cuidar bien la barba lo ideal es utilizar productos a diario, al margen de visitar al barbero de forma periódica. Os vamos a recomendar cinco opciones complementarias para poder tener la barba en perfectas condiciones.

En Hipercor puedes encontrar el gel limpiador de barba y rostro con dosificador que está fabricado con aceite de argán, agua de coco y aceite de aguacate. Es perfecto porque deja una sensación de frescura y de limpieza que se prolonga durante toda la jornada.

El bálsamo suave para barba de King C Gilette está hecho con manteca de cacao, karité y aceite de argán y no necesita ser aclarado. Hidrata la barba de forma profunda y de esta forma la deja sedosa y prevé los encrespamientos.

El King C. Gilette aceite para barba utiliza una combinación de aceites de jojoba, almendra, semillas de Macadamia, aguacate y argán para hidratar la barba y la piel al mismo tiempo.

En Hipercor GranCasa, además de la línea de productos de King c. Gilette, también hay otros de la firma L´ Oreal Men Expert. La crema hidratante para barba corta y piel de la gama Barber Club de L´ Oreal Men Expert destaca por su textura ligera efecto gel y por su efectividad a la hora de eliminar la tirantez de las barbas cortas.

Por último, el L´ Oreal Men Expert Champú 3 en 1 para barba cabello y rostro con dosificador de la línea Barber Club, contiene aceite de cedro, con su fabuloso aroma, y refresca y purifica la piel si se aplica con su suave masajeo.

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