El Día Mundial de las Abejas
Las abejas son un simpático insecto que está en peligro de extinción debido al cambio climático y al uso masivo de plaguicidas. Hay muchas especies de abejas que están sufriendo declive y que pueden desaparecer por completo, como ocurriera con otros mamíferos como el Tilacino o con aves como el Alca gigante. Los insectos parece que tienen menos “glamour” pero son especies únicas igual que las demás, producto de una evolución de millones de años, y debemos cuidarlas de igual manera. Es más, las abejas cumplen una función de polinización que no puede ser sustituida con facilidad por maquinaria o métodos manuales. Si quieres conocer más datos de esta fantástica especie de insecto volador sigue leyendo.
Estos insectos sociales conforman colmenas en las que hay una marcada jerarquía que es viable gracias a su cerebro, que tan solo tiene el tamaño de una cabeza de alfiler, más o menos. Esa estratificación tiene tres niveles bien diferenciados: la abeja reina en la cabeza de la pirámide, los zánganos, y, por último, las abejas obreras. Todas ellas construyen una colmena que produce miel y abundante cera, ambos productos muy aprovechables por la especie humana. Tanto provecho se saca de su trabajo que se ha profesionalizado gracias a la apicultura.
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El Día Mundial de las Abejas quiere conmemorar este orden de los anthopilos entre los que destaca la abeja común, la Apis Mellifera. Para conocer un poco más acerca de ellas, hay que comenzar explicando que las abejas obreras son aquellas que salen de la colmena con mucha frecuencia. En total hay 50000 abejas obreras en una colmena, en un recuento aproximado, y son las hembras que, de vez en cuando, ponen huevos pequeños de los que nacen zánganos de menor tamaño que los que salen de los huevos de la abeja reina, aunque por norma general no son reproductoras. Cada miembro del nido tiene una función muy definida y es realmente magnífico que un insecto sea capaz de llevar a cabo esas organizaciones de trabajo grupal.
La vida media de las abejas es de poco más de 100 días, y tardan en salir de la colmena por primera vez tres semanas. En realidad, es una vida muy larga para un insecto, aunque en comparación con los mamíferos puede parecer muy poco tiempo.
En esa corta vida, las abejas realizan la función de construir paneles, ventilar la colmena batiendo las alas, almacenar alimento o vigilar la entrada de intrusos como las avispas. A continuación, os explicaremos cómo una abeja conoce las tareas que debe desempeñar en su colmena desde que llega al mundo acompañada de sus iguales y en el entorno seguro del nido.
Las abejas: trabajadoras incansables dentro del reino animal
Es sorprendente cómo las abejas son conscientes de lo que deben aportar a la colmena para que funcione como un ente único, con una producción sostenible de miel, una reproducción regular y un equilibrio funcional que muchos sistemas humanos envidian, incluso en el sector privado de las empresas.
Las abejas hembra, que son obreras, son las que realizan la mayor parte del trabajo en la colmena, ya que los zánganos, del género masculino, solo tienen que aparear a la reina hasta llenar su bolsa, en la que conservará gametos durante el resto de su vida. Los zánganos, en términos porcentuales, son tan solo el 10% de la colmena, y esa cifra es, precisamente, la que permite que sea sostenible, porque la mayor parte de la población es activa y cumple funciones desde el nacimiento hasta la muerte.
El trabajo más importante para el ecosistema es, sin ninguna duda, el de la polinización, porque las abejas permiten que las flores polinicen zonas lejanas, al transportar su polen y estambres a lo largo de varios kilómetros. Las abejas realizan están labor de forma indirecta porque lo que quieren es recoger el polen para transformarlo en miel y alimentar a las larvas, pero, en cualquier caso, realizan esa labor, al fin y al cabo. Ese pequeño gesto tiene un gran impacto en la agricultura y en la propia naturaleza y reino vegetal, y debemos preservarlo al máximo.
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En el artículo de hoy en el blog de GranCasa os hemos explicado el motivo por el cual se celebra cada año el Día Mundial de las Abejas que, obviamente, es del todo merecido. Esta especie sigue sorprendiendo a los biólogos, científicos e investigadores, y todavía quedan muchos elementos por descubrir sobre la familia de los Apoidea y el suborden de los Apocrita. Seguro que en los años venideros los nuevos descubrimientos nos dejarán sin palabras, porque esta especie de insecto es uno de los más importantes para la vida humana gracias a la polinización, y se investiga con mucha frecuencia. Debemos conservarlo con todos nuestros esfuerzos y poniendo el mayor número de medios disponibles para lograr que perdure.